En este caso se vio involucrado un hombre de 47 años que sufrió una hernia de disco cervical cuando lo golpeó la puerta de una secadora que se descolgó e impactó sobre su cabeza y cuello. Nuestro cliente se encontraba trabajando cuando tuvo el accidente. Pudimos demostrar que el fabricante era responsable de la puerta defectuosa de la secadora. Así llegamos a un acuerdo por $2,300,000 millones de dólares.
El cliente recibió un choque por detrás y tuvo que someterse a una fusión vertebral.
Nuestra cliente se resbaló y cayó debido a la presencia de una sustancia húmeda en las escaleras de su edificio. El propietario alegó que no hubo notificación previa conforme a la ley y que él no era responsable. La cliente sufrió lesiones graves al cuello y espalda y tuvo que ausentarse varios meses del trabajo. El caso se resolvió poco antes de la selección de un jurado.